Dos de las restricciones por sequía que más se percibieron en las ciudades –el campo y la industria sí notaron las medidas en primera persona– fueron la prohibición de abrir las fuentes ornamentales y las duchas de las playas. Ahora, con los embalses de las cuencas internas casi al 70% de su capacidad, ya está permitido poner en funcionamiento ambas instalaciones en toda Catalunya.
Para las fuentes y lagos, Barcelona ya ha presentado un plan de reapertura que va a desarrollar paulatinamente y el pasado fin de semana empezaron las pruebas para reanudar estos elementos acuáticos. Cabe señalar que todas las fuentes barcelonesas cuentan con un sistema de recirculación del agua.
En cuanto a las duchas, que provocan un consumo de agua elevado, en la capital catalana ya están disponibles las 76 duchas. De hecho, se pusieron en marcha durante el verano de 2024 cuando se levantó la fase de excepcionalidad.
Sin embargo, no todos los municipios han optado por abrir todas las duchas pese a que el Plan Especial de Sequía lo permite. En la Costa Daurada, por ejemplo, es cierto que la mayor parte de localidades las han puesto en marcha, ya que esta zona jamás llegó a entrar en emergencia, al estar abastecida por agua del Ebro gracias al ‘minitrasvase’ que suministra el recurso al CAT (Consorci d’Aigües de Tarragona).
Cambrils (Baix Camp), Tarragona y Vila-seca (Tarragonès) han decidido abrir todas las duchas de nuevo esta temporada de baño. Vilanova i la Geltrú, Sitges, Montgat y Badalona, también ofrecen duchas en la playa. Cubelles, en cambio, lo está estudiando. En realidad, la tónica general es reanudar este servicio.
Aun así, lugares El Vendrell (Baix Penedès) estudian la posibilidad de abrir tan solo la mitad de las duchas para mantener un ahorro importante de agua. Otros consistorios han tomado ya esta decisión. Lloret de Mar (la Selva), Calonge y Sant Antoni de Calonge (ambas en el Baix Empordà) plantean también esta apertura a medias o cierres nocturnos para fomentar un consumo de agua más razonable.
Calella (en el Maresme) dejará cerradas la mitad de las instalaciones para ducharse. Fuentes municipales aseguran que se puede evitar el gasto de más de 2 millones de litros de agua. La ACA (Agència Catalana de l’Aigua), durante los peores momentos de la crisis hídrica, argumentó que el consumo era menor si la gente se duchaba en casa y no dos veces, una en la playa y otra al volver.
Determinación política
Es importante tener en cuenta que varios pueblos y ciudades turísticos del litoral excedían de largo los consumos máximos de agua permitidos. Estos topes ya solo están vigentes en una parte del Baix Empordà. Pero de todas formas, algunos gobiernos locales han buscado una fórmula para tratar de ahorrar agua. La decisión depende exclusivamente de cada municipio y no va por áreas geográficas, puesto que Palamós y Begur, por ejemplo, sí tendrán disponibles todas las duchas.
Y después están casos como el de L’Ametlla de Mar (Baix Ebre) y Roses (Baix Empordà), que han sido más drásticos y dicen adiós a las duchas de forma definitiva y solo tendrán abiertos los lavapiés. El consistorio de L’Ametlla esgrime que con el cambio climático se debe replantear el uso de las duchas y que es interesante mantenerlas cerradas como algo establecido para evitar este gasto del agua. En Roses, el motivo es similar. « Hay que ir con cuidado con el despilfarro pese a que las restricciones ya no estén vigentes », explican fuentes del ayuntamiento ampurdanés.
Se trata de casos puntuales, porque la fotografía general será la de un verano de duchas abiertas en la costa. Pero estas decisiones van en la dirección de lo que en las últimas semanas ha propuesto la entidad Aigua és Vida, que llama a mantener el ahorro y la consciencia ciudadana sobre la escasez de agua, aunque los embalses estén llenos.
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