Eric Gielen es profesor de urbanismo de la Universitat Politècnica de València. En los últimos años, se ha dedicado a estudiar las consecuencias que el calor tiene para las ciudades. Ante las altas temperaturas de los últimos días, considera necesario « replantear » los horarios escolares y los turnos de los trabajadores públicos que ejercen en la calle, expuestos a los picos de calor.
¿Cómo afecta una ola de calor al día a día de las ciudades?
Los espacios públicos cambian radicalmente. O directamente desaparecen. Si entendemos una ciudad como el entorno urbano compartido, el calor genera lo que podríamos llamar una ‘no-ciudad’.
« Los trabajadores públicos deberían hacer turnos más temprano, de madrugada o a partir de la última hora de la tarde y durante la noche »
¿A qué se refiere?
La esencia de las ciudades se diluye y los municipios dejan de ser un punto de encuentro. La gente se repliega en casa y las redes de ayuda entre vecinos peligran.
¿Ya está ocurriendo esto?
En algunos lugares, sí. Lo vi en los Emiratos Árabes Unidos. Lo que hay ahí, a altas temperaturas, no tiene nada que ver con lo que hemos conocido como una ciudad. Hay casas, sí. Y también ves vehículos circulando. Pero el espacio público brilla por su ausencia.
¿Corremos el riesgo de que esto suceda en España?
Si no adaptamos las ciudades a temperaturas cade vez más altas, sí. Puede ser que en algunos lugares, durante unos días o una época del año, no tengamos ciudades. Al menos, como las entendíamos hasta ahora.
El Profesor Universitario Eric Gielen. / El Periódico
¿Cómo las adaptamos?
Con más zonas verdes, que rebajan la temperatura, y puntos de agua. Pero también con cambios de hábitos.
¿Como cuáles?
Los horarios de clase deben modificarse. Pero también los horarios laborales. No tiene sentido repartir paquetes en bicicleta o barrer la calle a más de 35°C, por ejemplo. ¿A quién se le pasa por la cabeza?
¿Qué se debería hacer?
Los trabajadores públicos, que dependen de la Administración, deberían hacer turnos más temprano, desde madrugada, o trabajar a partir de la última hora de la tarde y durante la noche. Pero hacerlo en las horas de más radiación solar no es una buena idea. Lo hemos visto con diferentes casos de personas muertas o atendidas en los últimos días.
« Trabajar en la calle las horas de más radiación solar no es una buena idea. Lo hemos visto con casos de personas muertas o atendidas »
¿Debería haber más turnos de noche?
Habría que analizar bien cómo organizarlo para respetar los derechos laborales, pero tal vez se tendría que buscar la fórmula, sí. Hay que aprender de los errores, como sucedió con la dana. Cuando hay una alerta roja por lluvias, el trabajador tiene el derecho de quedarse en su casa y no ir a trabajar. Con las altas temperaturas debería pasar algo similar. O se alteran los horarios o no se trabaja.
¿Cree que son viables estos cambios?
Sí y se deben plantear con urgencia. Pienso también en los trabajadores de la construcción y la jardinería. Lo primero, debería ser actuar en el ámbito público para dar ejemplo.
¿Y las escuelas y ‘casals’?
Hemos tenido un junio muy cálido y a lo mejor modificar horarios tendría sentido. En el caso de ciertas actividades al aire libre hay que tener cuidado y no exponer a los chavales al sol.
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