Cap de Creus Prohíbe Actividades Perjudiales para el Medio Marino

Catalunya acaba de dar un paso clave para proteger el entorno de Cap de Creus, un ecosistema emblemático del litoral catalán. La Junta del Parc Natural ha aprobado este viernes el nuevo Pla Rector d’Ús i Gestió (PRUG), un documento delimita las nuevas normas de gestión de este espacio marítimo protegido durante los próximos cuatro años. La nueva normativa, que entrará en vigor este verano, veta de forma expresa actividades como las fiestas en barco o la circulación de motos de agua, salvo contadas excepciones como, por ejemplo, las visitas guiadas autorizadas. La consellera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, Sílvia Paneque, ha celebrado la aprobación de este docuemnto destacando que se trata de « un proyecto largamente esperado que refuerza la conservación del parque ».

El plan, fruto de un intenso proceso participativo con más de 150 reuniones sectoriales, regula de forma minuciosa los usos profesionales, recreativos, científicos y educativos del espacio marino del parque, con especial atención a las reservas naturales parciales de Cap Gros-Cap de Creus y Cap de Norfeu, considerados como enclaves de altísima biodiversidad. Entre las principales medidas se incluyen restricciones estrictas al ruido y a la contaminación marina. Según la nueva normativa, pues, también queda prohibido el uso de bocinas o señales acústicas y luminosas que superen los umbrales normativos. Además, se refuerza la prohibición de verter cualquier tipo de residuo al mar, desde plásticos hasta aguas residuales o restos de comida.

La nueva normativa prohibe el uso de bocinas o señales acústicas y luminosas y refuerza la prohibición de verter cualquier tipo de residuo al mar

En cuanto a la navegación, se establece una velocidad máxima de 12 nudos en todo el parque y se restringe el tránsito dentro de las reservas durante la noche. Las motos de agua solo podrán usarse con fines de salvamento, en visitas guiadas autorizadas, o por residentes del parque y siempre en grupos reducidos. También se prevé la desaparición de las « fiestas flotantes » y prohibe explícitamente la organización de eventos festivos a bordo de embarcaciones. Según explican sus impulsores, la normativa busca así garantizar « un entorno tranquilo y libre de perturbaciones » para las especies que habitan en este frágil ecosistema, como praderas de fanerógamas y comunidades coralinas.

Restricciones a la pesca

Más allá de limitar las actividades recreativas, la nueva normativa también despliega nuevas reglas para el sector pesquero. En materia de fondeo, se permite de forma general para pequeñas embarcaciones salvo en zonas específicamente restringidas. En las reservas, el fondeo nocturno solo estará permitido, y de forma limitada, para los empadronados en Cadaqués, Port de la Selva y Selva de Mar. También habrá nuevas condiciones para la pesca recreativa, que a partir de ahora requerirá un permiso especial y la declaración de las capturas. También se prohibirá esta práctica en las reservas parciales.

El buceo seguirá siendo posible, pero bajo estrictas normas. La nueva normativa establece que no se podrá alterar el entorno, ni tocar la flora o fauna marina, ni utilizar instrumentos motorizados, salvo en casos de buceo adaptado o investigaciones científicas. Las personas que realicen inmersiones por cuenta propia deberán notificar previamente su actividad al parque, mientras que las empresas autorizadas tendrán que reportar mensualmente los detalles de sus inmersiones organizadas.

El documento establece que los buceadores tendrán que notificar previamente su actividad al parque y no podrán tocar ni la flora ni la fauna marina

El despliegue de esta nueva normativa, que entrará en vigor de forma inmediata y ya se aplicará de cara al verano, también irá acompañado de un programa de actuación para los próximos años en el que se prevé aumentar la vigilancia en el parque. Según explican desde la conselleria, a aplicación de la normativa realizará de forma gradual y, de hecho, en los próximos meses el objetivo es que los agentes rurales realicen « tareas informativas » con los usuarios sobre este nuevo marco regulador. En este sentido, Panequa afirma que « esta primera fase no será tan punitiva sino de trasladar el conocimiento y el comportamiento que debe tenerse en estos entornos ».