La cuenca del Ebro está al borde del colapso: afronta una crisis alarmante debido a la sobreexplotación de sus recursos. En zonas como Aragón y Lleida el uso intensivo del agua, principalmente para la agricultura de regadío y la ganadería intensiva (macrogranjas), ha llevado a un agotamiento preocupante de los recursos hídricos y pone en serio peligro los ecosistemas que dependen de ellos.
Un reciente informe de la Confederación Hidrográfica del Ebro revela que es necesario reducir un 12 % las dotaciones de riego entre 2028 y 2033 para garantizar la sostenibilidad hídrica de la cuenca. Este ajuste busca frenar la creciente demanda, ya que el sector agroganadero consume el 92 % del agua disponible, superando losa 8.000 hectómetros cúbicos anuales.
La expansión del regadío es uno de los principales factores que han llevado a la situación actual. En 25 años, la superficie de tierras regadas se ha duplicado, pasando de 455.381 hectáreas en 1998 a 924.424 en la actualidad, lo que supone una superficie similar a la de Chipre y superior a la de provincias como Almería, Valladolid o Madrid.
Este incremento se concentra principalmente en la margen izquierda del río Ebro y sus afluentes, aunque el impacto se extiende por toda la cuenca. Según Cristina Sánchez, delegada de SEO/BirdLife en Cataluña, la margen derecha se encuentra « absolutamente agotada », e incluso algunas subcuencas están « sobreexplotadas por los regadíos ».
Los cultivos predominantes en la región son los de alta demanda hídrica, como maíz, alfalfa y frutales, entre ellos manzanos, perales y melocotoneros. Estos contrastan con opciones de menor consumo como el almendro, el olivo o la vid, menos frecuentes en estas áreas. Sánchez advierte que esta tendencia insostenible está ligada « al incremento de la superficie a regar y la tipología de cultivos ».
Desequilibrio hídrico y ambiental
La ganadería intensiva, especialmente la porcina, ha experimentado un crecimiento significativo en la cuenca del Ebro durante las últimas dos décadas. Según datos oficiales, en Aragón, el número de cabezas de porcino aumentó un 122 % entre 2004 y 2024, mientras que en Cataluña el incremento fue del 52 % entre 1999 y 2020. Este sector no solo incrementa el consumo de agua, sino también la contaminación de acuíferos por nitratos y otros residuos, profundizando el desequilibrio hídrico y ambiental en la región.
La organización ambiental SEO/BirdLife critica la ausencia de una planificación integral que alinee las políticas regionales y nacionales con la disponibilidad hídrica. Sánchez juzga « fundamental » alinear todas las políticas de las comunidades autónomas de la cuenca con la disponibilidad hídrica futura, « en especial en lo referente a la agricultura, ganadería, infraestructuras, urbanismo y turismo ».
Un ejemplo de esta desconexión es el proyecto de transformación al regadío en Segarra-Garrigues, en la provincia de Lérida, que afecta a más de 70.000 hectáreas de cultivo en las comarcas de Las Garrigas, Noguera, Plana de Urgel, Segarra, Segriá y Urgel.
Aunque inicialmente se planificaron dotaciones de 6.500 metros cúbicos de agua por hectárea al año, ahora se propone reducir esta cifra a 4.064 metros cúbicos. A pesar de las advertencias previas sobre la disminución de la disponibilidad hídrica, el proyecto continúa su desarrollo, poniendo en evidencia « la falta de previsión en su diseño original », según denuncia SEO/BirdLife.
Otro desafío es la ineficiencia de los sistemas de riego en la cuenca. Según la ONG ambientalista, en infraestructuras como Segarra-Garrigues se pierde un 20% del agua destinada a los cultivos. Esta cifra aumenta en otros grandes canales de riego, donde solo entre el 60% y el 70% del agua llega a su destino final.
La biodiversidad, amenazada
« En un contexto de déficit hídrico y clima mediterráneo, es inadmisible que se pierda entre un 30% y 40% del agua destinada al riego« , subraya Sánchez, quien también considera urgente mejorar las medidas de la Política Agrícola Común (PAC) para fomentar prácticas más sostenibles.
La presión sobre los recursos hídricos no solo afecta a la sostenibilidad económica y agrícola, sino también a la biodiversidad. Según el Ministerio para la Transición Ecológica, el cambio en el uso del suelo, junto con la intensificación agraria y ganadera, representan una de las mayores amenazas para el patrimonio natural de España.
La situación de la cuenca del Ebro, una de las principales reservas hídricas de España, exige « medidas inmediatas y coordinadas », alerta SEO/BirdLife, que insta a las autoridades a asesorar y apoyar a los agricultores en la adopción de tecnologías de riego más eficientes, la promoción de cultivos de menor demanda hídrica y la reducción de superficies destinadas a cultivos intensivos.
« Es muy importante revisar las medidas de la PAC para acompañar a la adaptación al cambio climático », destaca Sánchez, que incide en la necesidad de mejorar la eficiencia del riego y fomentar cultivos sostenibles. La prioridad ha de ser « impedir el agotamiento del agua y la conservación de los recursos naturales« , concluye.
Un estudio de SEO/BirdLife revela una disminución del 2,5% en las poblaciones de aves comunes en la península ibérica en las últimas dos décadas, con una caída del 8% en hábitats agrícolas. Estas pérdidas se asocian a factores como el abandono de prácticas agrícolas tradicionales, el uso intensivo de plaguicidas y la transformación de cultivos. En terrenos herbáceos, la caída es especialmente pronunciada, con un descenso del 17% en solo 15 años.
Estudio de SEO/BirdLife sobre las aves, en este enlace.
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