Durante más de un año, todos y cada uno de los meses batieron su respectivo récord de temperatura y registraron los valores más altos desde que tenemos constancia. Según desvela el último análisis mensual del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), el pasado mes de julio rompió esta tendencia de 13 meses seguidos y no batió su propio récord. Aun así, los registros de este mes fueron excepcionales y se sitúan como los segundos más cálidos desde que existen registros. Los análisis también confirman que los pasados 22 y 23 de julio fueron los más calurosos de la historia en el conjunto del planeta. No existen registros más altos que los de estas dos jornadas.
Los datos hablan claro. La temperatura media global del pasado mes de julio fue de 16,91 grados centígrados, lo que supone 0,68 grados por encima de la media de los últimos treinta años. Los análisis confirman que acabamos de vivir el segundo julio más cálido de la historia. Solo lo supera por 0,04 grados el julio del año pasado, que ahora mismo sigue ostentando el récord absoluto de calor para el mes.
La temperatura media global fue de 17,16 grados, frente a los entre 15,5 y 16,5 normales para la época
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« Los registros también confirman que durante el pasado mes de julio la Tierra experimentó los dos días más cálidos desde que existen registros« , afirma el último boletín mensual de Copernicus, en el que se constata que durante los días 22 y 23 de julio se alcanzó la temperatura global récord de 17,16 grados centígrados. Esta cifra, además de excepcional, dista mucho de los valores normales para la época, que deberían rondar entre los 15,5 y los 16,5 grados como mucho.
El récord absoluto de calor en un mes de julio fue en 2023
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En estos momentos, ya pasado el ecuador del 2024, todo apunta a que podríamos estar ante otro año de récord absoluto de calor. Según el último análisis del Servicio Copernicus, la anomalía de la temperatura global entre enero y julio ha estado 0,70 por encima a la media de los últimos treinta años y hasta 0,27 más alta que la del mismo periodo durante el año pasado. Si esta tendencia se mantiene en los próximos meses, es probable que este año se consolide como el más cálido desde que existen registros en la historia del planeta.
« Los efectos devastadores del cambio climático continuarán hasta que se alcancen cero emisiones netas de gases de efecto invernadero »
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« Los efectos devastadores del cambio climático continuarán hasta que se alcancen cero emisiones netas de gases de efecto invernadero », recalca Samantha Burgess, directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S).
Los datos de España
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En España, el último informe de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) también demuestra que acabamos de vivir un mes de julio excepcional. Aunque, eso sí, con valores menos extremos que los registrados en el conjunto del planeta. El análisis de los registros españoles afirma que el pasado julio fue el sexto más cálido de la serie en España y quinto más caluroso de todo el siglo XXI. La temperatura media fue de 24,4 grados centígrados, lo que supone unos 1,3 grados por encima de lo normal para la época. Durante este periodo se registró una gran ola de calor, la primera del verano, que empezó alrededor del día 23 y se alargó hasta finales de mes, dejando registros de récord como los 40 grados observados en el Observatori Fabra de Barcelona.
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En España, el pasado julio fue el sexto más cálido de la serie que empezó en los años sesenta y el quinto más caluroso del siglo
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El balance climático español también destaca que, además de un mes marcado por calor y altas temperaturas, julio fue muy seco para el conjunto de España. Los análisis pluviométricos desvelan que solo llovió un 61% de lo normal para estas fechas y que, además, las pocas precipitaciones que cayeron lo hicieron de forma torrencial en un solo episodio ocurrido a principios de mes. Por lo general, los registros apuntan a que fue el décimo cuarto julio más seco desde el comienzo de la serie histórica, que arrancó en 1961, y el quinto menos lluvioso de lo que llevamos de siglo XXI. Este mismo fenómeno también se ha observado en otros puntos del sur de Europa, donde también hay varias alertas activas por sequía.
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