El último balance anual sobre las emisiones de gases de efecto invernadero generadas en España muestra que, en su conjunto, el país ha logrado reducir al menos un 7,6% sus emisiones durante el último año. Según apunta el último recuento sobre esta cuestión elaborado por el Ministerio para Transición Ecológica y el Reto Demográfico, presidido ahora por la vicepresidenta Sara Aagesen, las emisiones españolas registradas a lo largo del año 2023 también son un 38,1% más bajas respecto a las de 2005. En total, según constatan los registros a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, se estima que la cifra de emisiones brutas del año pasado es la más baja de toda la serie histórica española desde al menos el año 1990.
Estos datos sobre la reducción de emisiones españolas forma parte del ‘dossier’ que España remitirá a Bruselas durante los primeros meses del 2025 y que se utilizará, entre otras, para evaluar el cumplimiento de los compromisos españoles en materia de lucha contra el cambio climático y reducción de la contaminación atmosférica. Entre los datos que se presentarán ante la Comisión Europea también destaca el récord absoluto en la producción de electricidad mediante fuentes de energía renovables logrado en los últimos meses. En 2022, las energías limpias sumaron un 42,2% a la producción energética española y un año más tarde, en 2023, ya alcanzaron la cifra récord de 50,4%. Este año, a falta de un balance definitivo, todo apunta a que la tendencia también será positiva.
El año pasado se alcanzó la cifra récord de generación de energía mediante fuentes renovables, que sumaron hasta un 50% de la electricidad española
El balance sobre gases de efecto invernadero sigue apuntando al sector del transporte como el principal emisor en España. La circulación de vehículos, por sí sola, aporta cerca del 32,5% de las emisiones de dióxido de carbono españolas a la atmósfera. Le siguen las emisiones del sector industrial, que suman un 18,6%; las del sector agrario y ganadero, que alcanzan un 12,2%; y la generación de electricidad, que añade un 11,4%. En este último ámbito, los registros indican que la huella de carbono se ha reducido un 72,5% en las últimas dos décadas gracias a medidas como la eliminación del carbón y la apuesta por las renovables. En el caso de la industria también se observa una disminución del 50% de las emisiones respecto a los niveles de 2005.
La generación de electricidad ha reducido su huella de carbono un 72% en los últimos 20 años y la industria un 50%
Plan de recortes
Estas cifras van en la línea de la estrategia de España para seguir reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero. A finales de septiembre, el Consejo de Ministros aprobó el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) en el que se establece el compromiso para reducir las emisiones al menos un 32% respecto a los niveles de 1990, aumentar un 81% el porcentaje de renovables en la generación eléctrica nacional. Esta hoja de ruta para 2030 está ahora en manos de Bruselas, que durante los próximos meses tendrá que evaluar la viabilidad y « ambición » del plan español. También se tendrá que estudiar si, en conjunto, los planes presentados por los Veintisiete son acordes con lo marcado en compromisos internacionales como, por ejemplo, el Acuerdo de París o los pactos firmados en la cumbre de Dubái.
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España se propone reducir sus emisiones un 32% para 2030 y aumentar un 81% su uso de renovables
A escala global, los registros también apuntan a que las emisiones de gases de efecto invernadero siguen al alza y el planeta sigue batiendo récords en las emisiones derivadas del petróleo, el carbón y el gas. De seguir así, según un reciente informe de la Agencia Internacional de la Energía, para finales de siglo la temperatura global podría aumentar casi 3 grados respecto a la era preindustrial y esto, a su vez, aumentaría aún más los desastres naturales en el planeta. Los estudios más exhaustivos elaborados hasta la fecha, como el del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), afirma que la única manera de esquivar este escenario es lograr una drástica reducción de las emisiones que logre, por ejemplo, reducir a la mitad sus niveles para 2030 y llegar a cero neto para 2050.
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