Recientemente se daba a conocer el balance de emisiones mundial previsto para el presente año 2024. El resultado global sigue siendo una subida, aunque con matices. Los combustibles fósiles están frenando visiblemente sus emisiones y, sin embargo, el aumento general de CO2 en la atmósfera sigue subiendo de forma notable. ¿Por qué?
Un estudio respaldado por la Agencia Espacial Europea demuestra que las olas de calor extremas de 2023, que causaron enormes incendios forestales en el planeta y sequías severas, también socavaron la capacidad de la tierra para absorber el carbono atmosférico. Esta menor absorción de carbono llevó los niveles de CO2 atmosférico a nuevos máximos, intensificando la preocupación por la aceleración del cambio climático.
Las mediciones del Observatorio Mauna Loa de Hawái han desvelado que las concentraciones atmosféricas de carbono aumentaron un 86% en 2023 en comparación con el año anterior, lo que marca un récord desde que comenzaron los registros, en 1958.
Y, sin embargo, a pesar de este marcado aumento, las emisiones de combustibles fósiles solo aumentaron alrededor de un 0,6%, lo que sugiere que otros factores, como una absorción debilitada de carbono por parte de los ecosistemas naturales, pueden haber impulsado este aumento.
Con el apoyo del proyecto Science for Society Near-Realtime Carbon Extremes de la ESA y del proyecto RECCAP-2 de la Iniciativa sobre el Cambio Climático, un equipo internacional de científicos analizó modelos de vegetación global y datos satelitales para investigar las causas subyacentes.
En 2023, el suelo pasó de capturar una tercera parte del CO2 de la atmósfera a solo una quinta parte
Normalmente, el suelo absorbe aproximadamente un tercio de las emisiones de dióxido de carbono generadas por el hombre. Sin embargo, la investigación del equipo publicada en National Science Review revela que, en 2023, esta capacidad se redujo a solo una quinta parte de su nivel habitual, lo que supone la más débil eficiencia de los sumideros de carbono terrestres en dos décadas.
Gran sequía en el Amazonas y megaincendios en Canadá
Philippe Ciais, del Laboratorio de Ciencias del Clima y del Medio Ambiente de Francia, explicó: « Nuestra investigación muestra que el 30% de esta disminución fue impulsada por el calor extremo de 2023, que alimentó incendios forestales masivos que devastaron vastas áreas de bosque canadiense y provocaron sequías severas en partes de la selva amazónica”.
« Estos incendios y sequías provocaron una pérdida sustancial de vegetación, lo que debilitó la capacidad del ecosistema terrestre para absorber dióxido de carbono. Esto se vio agravado por un fenómeno de El Niño particularmente fuerte, que históricamente reduce la capacidad de absorción de carbono en los trópicos », agregó.
Las cifras son alarmantes. Los incendios forestales generalizados en Canadá y las fuertes sequías en la Amazonia de 2023 liberaron aproximadamente la misma cantidad de carbono a la atmósfera que las emisiones totales de combustibles fósiles de América del Norte, lo que subraya el grave impacto del cambio climático en los ecosistemas naturales.
La Amazonía está dejando de capturar CO2
La Amazonia, uno de los sumideros de carbono más importantes del mundo, está mostrando signos de derrumbamiento general a largo plazo, y en algunas regiones está pasando de absorber carbono a convertirse en fuente netas de emisiones de carbono.
Los investigadores sugieren que la disminución de la capacidad de los ecosistemas terrestres de la Tierra para absorber CO2 puede indicar que estos sumideros naturales se están acercando a su límite y ya no pueden proporcionar el servicio de mitigación que han ofrecido históricamente al absorber la mitad de las emisiones de dióxido de carbono inducidas por el hombre.
« En consecuencia, lograr límites seguros de calentamiento global requerirá reducciones de emisiones aún más ambiciosas de las anticipadas anteriormente », afirma Philippe Ciais.
El estudio también destaca que los modelos climáticos actuales podrían estar subestimando el rápido ritmo y el impacto de los fenómenos extremos, como las sequías y los incendios, en la degradación de estos depósitos cruciales de carbono.
Stephen Plummer, científico de aplicaciones de observación de la Tierra de la ESA, señaló: « Comprender los efectos indirectos del cambio climático en el ciclo del carbono es imperativo y los dos proyectos de estudio de la ESA demuestran la importancia de la observación de la Tierra en el desarrollo de metodologías para proporcionar una evaluación rápida de estos impactos a nivel mundial ».
El jefe en funciones de la Sección de Información Climática Aplicable de la ESA, Clement Albergel, agregó: « Estos resultados son particularmente alarmantes, especialmente si se considera la dificultad que está teniendo el mundo para limitar el calentamiento a 1,5 °C, como se establece en el Acuerdo de París ».
Estudio de referencia: https://academic.oup.com/nsr/advance-article/doi/10.1093/nsr/nwae367/7831648
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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es