TRATADO PLASTICOS | Traité mondial du plastique : Les pays pétroliers imposent des limites à la fabrication

Las negociaciones que se desarrollan el Busan (Corea del Sur) para conseguir un Tratado Mundial del Plástico que frene la contaminación que generan sus residuos en todo el planeta deben concluir este domingo (aunque tal vez duren hasta el lunes) y de momento no hay un acuerdo claro a la vista. El principal escollo consiste en la negativa de los países petroleros, encabezados por Arabia Saudí, de aceptar cualquier tope o límite en la fabricación de plásticos, que es la demanda clave de la mayoría de países reunidos en Busan.

Según las agencias Reuters y AP, en las últimas horas un gran número de países (100 de los 175 presentes en la convención) han dado ya su respaldo a una propuesta presentada por la delegación de Panamá que aborda directamente tema de la fabricación del plástico, si bien no entra en grandes detalles.

Juan Carlos Monterrey, jefe de la delegación Panameña, afirmó que es una propuesta de compromiso para generar consenso porque no incluye un objetivo numérico o un tope de producción, cuestión que quedaría para una conferencia posterior a la actual.

Escultura alegórica a la contamination plastique dans le cumbre de Busan / Agencias

El documento también incluye la necesidad de crear un mecanismo financiero para ayudar a los países en desarrollo a combatir la contaminación por plástico y también establece una lista de productos plásticos que se deben gestionar de forma prioritaria.

En cambio, el jefe de la delegación de Greenpeace en la cumbre, Graham Forbes, pareció confirmar la existencia de alguna meta más concreta: “En el documento hay un objetivo global para reducir la producción de plástico. Mantener esto en el texto final del tratado debe ser una línea roja para cualquier país que se tome en serio el poner fin a la contaminación plástica”.

Mejorar el reciclaje, en vez de recortar producción

En cambio, las naciones petroleras, como Arabia Saudí, se oponen a cualquier intento de limitar la fabricación de plástico, que es considerado por la mayoría como la única manera de empezar a recortar el problema. Estos países, así como la industria petroquímica, abogan por favorecer iniciativas para mejorar la gestión y el reciclaje en los países, pero sin obligar a poner topes a la fabricación de plástico.

Imagen de la convención

Image de la convention / Agencias

Rusia también ha dicho que, si el mundo quiere tomarse en serio este tratado, deberá incluir disposiciones que sean aceptables para todas las delegaciones.

Está previsto que la producción mundial de plásticos alcance los 736 millones de toneladas para 2040, un 70% más que en 2020, si no hay cambios en las actuales políticas, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

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